Sentado en su coche, esperando la luz verde, un hombre queda ciego. Así como así, su vista se nubla hasta quedar en la completa luz de la ceguera.
Esta no es una ceguera normal, los afectados quedan atrapados en un blanco que les hace imposible ver nada.
La ceguera se extiende rápidamente por todo el mundo como una epidemia. Nadie es capaz de descubrir que la causa y, mucho menos, como curarla. Ninguno parece ser capaz de huir de este terrible mal blanco.
En el libro seguimos la historia de unos cuantos ciegos. Tenemos desde un niño pequeño hasta un anciano con cataratas. Este peculiar grupo se conoce en un manicomio donde tienen en cuarentena a todos los ciegos y a los posible contagiados. Divididos en dos alas los militares les proporcionan alimentos en ciertos horarios, pero ninguno de los habitantes del edificio puede abandonar el perímetro. Hacerlo significaría la muerte.
Es la historia de un mundo moribundo en una extraña crisis. Se aprecian las mejores y las peores cosas de los seres humanos en él. Aunque la forma de escribir de Saramago no es mi favorita, creo que entiendo por qué se llevó el premio nobel.
Este libro no es tan fácil y rápido de leer como los que acostumbro, a pesar de eso en algunas partes ya no quería soltarlo, ansiosa por saber el final de los personajes y de el mundo en general. Lo que no me gustó fue la manera de escribir los diálogos, sólo separados por comas. A veces era muy difícil comprender quién estaba diciendo qué, cuando terminaba de hablar uno y comenzaba el otro. Muchas veces tuve que regresar y leer todos los diálogos para comprender que estaba pasando.
Es una historia muy interesante y, en cuanto te acostumbras al ritmo y forma de escribir de Saramago, la historia te engancha. Me pareció un libro muy original y entretenido, perfecto para cuando quieres salir un poco de las historias juveniles pero aun así pasar un buen rato leyendo una historia interesante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario