miércoles, 31 de octubre de 2012

Historia de Madrigal


Érase una vez, antes de que existieran las quimeras y los serafines, el sol y las
lunas. El sol estaba prometido en matrimonio con Nitid, la hermana brillante, pero
era la recatada Ellai, siempre escondida tras su descarada hermana, a la que él
deseaba. El sol se las ingenió para abalanzarse sobre ella mientras se bañaba en el
mar, y la tomó. Ella luchó, pero él era el sol, y pensaba que tenía derecho a
conseguir lo que quisiera. Ellai lo apuñaló y escapó, y la sangre del sol se derramó
como chispas sobre la tierra, donde se convirtió en los serafines —hijos ilegítimos
del fuego—. Y al igual que su padre, creyeron que tenían derecho a desear, tomar,
y poseer.
En cuanto a Ellai, le contó a su hermana lo que había sucedido, y Nitid lloró, y
sus lágrimas cayeron a la tierra y se convirtieron en las quimeras, hijos de la
tristeza.

Cuando el sol regresó junto a las hermanas, ninguna de las dos lo aceptó. Nitid
colocó a Ellai tras ella y la protegió, aunque el sol, aún sangrando chispas, sabía
que Ellai no estaba tan indefensa como parecía. Suplicó a Nitid su perdón, pero
ella se lo negó, y hasta hoy continúa persiguiendo a las hermanas a través del cielo,
queriendo y queriendo pero nunca consiguiendo, y ese será su castigo para
siempre.

Nitid es la diosa de las lágrimas y la vida, de las cacerías y la guerra, y sus
templos son demasiado numerosos para nombrarlos. Es ella la que llena los
vientres de las madres, la que detiene los corazones de los moribundos y la que
conduce a sus hijos contra los serafines. Su luz es como un pequeño sol; ella aparta
las sombras.
Ellai es más sutil. Es un rastro, una luna fantasma, y solo hay unas noches al
año en las que domina el cielo en solitario. Se llaman noches de Ellai, y son oscuras,
aparecen salpicadas de estrellas y resultan perfectas para actos furtivos. Ellai es la
diosa de los asesinos y los amantes secretos. Los templos dedicados a ella son
escasos, y están ocultos, como el que se encuentra en el bosquecillo de réquiems en
las colinas que se extienden sobre Loramendi.


1 comentario:

  1. increible, me encanto, adoro esta historia y la trilogia Hija de humo y hueso, gracias por subir esta linda historia :)

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